Consejos para incentivar la participación en equipos ministeriales y voluntarios en la iglesia local
Hola queridos pastores y lideres ministeriales,
Espero que hayan tenido un Domingo lleno de bendiciones en sus iglesias locales e iniciando un lunes con el pie derecho.
Uno de los mas grandes retos en el liderazgo pastoral y ministerial es lograr compartir el ministerio con el resto de nuestra congregación, no solo una responsabilidad de unos pocos lideres, sino que todos “rememos el bote” hacia la misma dirección. Lo que todos los pastores y lideres ministeriales anhelamos es lograr una sinergia y dinamicidad en cada uno de los miembros (incluso asistentes) en nuestras congregaciones de tal como que todos compartan el mismo sentir del cuerpo de la iglesia. Después de todo, la iglesia no es una organización secular, sino que somos un cuerpo, y para que el cuerpo funcione de manera óptima, todas sus partes deben funcionar de manera conjunta y organizada. Todos los miembros de la iglesia están llamados a servir fielmente como miembros de la familia de aquella iglesia local, y si lo vemos universalmente, todos somos miembros de la familia de Cristo, la “iglesia universal” y todos estamos llamados a servir tanto dentro como fuera de la iglesia local. Después de todo somos embajadores en nombre de Cristo.
A continuación, les presento algunas sugerencias con sustento bíblico para animar a nuestros hermanos y hermanas en la iglesia local a comprometerse al servicio fiel a Cristo por medio del servicio fiel y santamente obediente a Cristo dentro de nuestras iglesias locales:
- Primero, comunique la importancia del servicio: Los pastores y lideres ministeriales deberían comunicar claramente la importancia del servicio y de cómo éste contribuye al crecimiento espiritual y bienestar de la comunidad y congregación de creyentes. El Apóstol Pablo enseña en Romanos 12:4-8 que cada miembro de la iglesia tiene un papel importante que desempeñar y que el servicio es una forma de mostrar amor y gratitud a Dios. Dios nos ha otorgado a cada creyente dones espirituales diversos para que sean utilizados para la edificación del cuerpo de la iglesia. El don que todos tenemos es el don de servicio. No importa que don tengamos, todos los dones espirituales son útiles únicamente cuando servimos en nuestras iglesias. Cuando servimos, crecemos nosotros mismos y co-laboramos (de colaborar) en la edificación, fortalecimiento y crecimiento del cuerpo de la iglesia local.
- Segundo, fomente un ambiente de comunidad y conexión: Dios nos ha creado como seres sociales y comunicativos, después de todo fuimos creados a imagen y semejanza de Dios mismo. El fortalecimiento de una comunidad fuerte dentro de la iglesia puede ser una gran motivación para las hermanos y hermanas en Cristo que Dios está llamando a involucrarse y servir. El servicio nos da un sentido de conexión, comunidad, propósito y crecimiento. La Biblia nos enseña en Hebreos 10:24-25 que debemos reunirnos regularmente para estimularnos y ayudarnos mutuamente en el amor y las buenas obras, siempre congregándonos.
- Tercero, sea creativo y flexible: La variedad de dones espirituales y la diversidad de los mismos ofrece grandes oportunidades de servicio creativo. La variedad de oportunidades de servicio puede ser una gran motivación para las hermanos y hermanas que buscan formas servir en la iglesia. Cree un ambiente de sano y santo experimento sin que hayan temores a una falla. Es OK cuando algo no sale bien a la primera. La Biblia nos enseña en 1 Corintios 12:4-7 que hay diferentes dones y habilidades en la iglesia, y que cada uno debe usarlos para servir a los demás. La vida de liderazgo y servicio no es perfecta en un sentido mecánico, sino que es una vida de constante perfeccionamiento.
- Cuarto, reconozca y aprecie a sus voluntarios: Reconocer y apreciar el servicio de sus voluntarios es fundamental para mantener su motivación y compromiso. La Biblia nos enseña en 1 Tesalonicenses 5:12-13 que debemos reconocer a aquellos que trabajan arduamente en la iglesia y respetarlos en amor. Invite a sus voluntarios (quienes en realidad son miembros de su equipo ministerial) a salir o a una cena de celebración. Esto van fomentar la cercanía con ellos y va a fortalecer su liderazgo y la unión del equipo.
- Quinto, ore y discipule a los miembros de su equipo: La oración y el discipulado es fundamental en cualquier esfuerzo de servicio en la iglesia. La Biblia nos enseña en Colosenses 4:2 que debemos perseverar en la oración y estar atentos en ella con gratitud. Es saludable que oremos los unos por los otros en un espíritu de corazón sensible, sencillo y humilde.
Espero que este breve articulo haya sido de bendición para su ministerio y contribuya un granito de arena en su liderazgo pastoral y ministerial.
En el amor de Cristo,
Dr. Julio C. Salas
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