"Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo." Romanos 10:9
El Plan de Salvación: El Evangelio de Jesucristo
Cómo experimentar una reconciliación plena con Dios y una vida renovada mediante el arrepentimiento sincero y el perdón de todos los pecados, a través de una fe genuina en Jesucristo, que transforma el corazón, despierta anhelo por la santidad y asegura el gozo de la vida eterna
¿Estás buscando la verdad sobre Dios y la salvación? Vivimos en un mundo cuya mente, corazón y estilo de vida vive de lleno apartado de la absoluta y legitima soberanía de Dios sobre todas las cosas. Es tanto así, de que este mundo, el cual, entregado por completo a los placeres de sus propios deseos y pecados, ha optado por alejarse de su Creador, construyendo a lo largo de su historia, "realidades paralelas" cuya cosmovisión está totalmente aislada de la soberanía de Dios. Estas "realidades paralelas" de auto abandono espiritual, que viven de espaldas a Dios, y cuya actitud es tanto una afrenta como un acto de rebelión a su Creador, están entregadas de lleno a toda forma de practicas frontalmente desobedientes a Dios. Este cancer espiritual generalizado llamado pecado ha invadido y causado destrucción en todos los aspectos de la vida humana incluyendo las mentes y los corazones de las personas, tanto grandes como pequeñas. Este mal generalizado ha alcanzado a nuestras instituciones fundacionales y estructuras sociales clave tales como la familia, las relaciones sociales, los centros educacionales, los centros de de labores, las empresas, e incluso a nuestras autoridades en el gobierno, en todos los niveles.
Y como consecuencia de nuestro alejamiento, desobediencia y rebelión sistemática de la autoridad soberana de Dios Creador, nuestra propia desobediencia y pecado ha traído sobre nosotros mismos todo tipo de males y angustias, así como una profunda confusión existencial que corre a toda velocidad frenéticamente sin ningún sentido o dirección alguna. En efecto, vivimos en un mundo lleno de preguntas y hambriento por respuestas. Pero ninguna pregunta más importante que esta: A la luz de haber leído y haber tenido conocimiento de vuestra situación ante nuestro Creador ¿Cómo puede una persona obtener y vivir en plena paz con Dios? La respuesta no se encuentra en nuestras propias opiniones personales o en lo que imponga la cultura, sino en lo que Dios mismo ha revelado en Su Palabra. Querido lector y oyente, si usted ha llegado hasta aquí, es porque Dios ha puesto en tu corazón el deseo de conocer la verdad.
El evangelio no es una mera serie de reglas o consejos morales, sino por el contrario, es la buena noticia o el buen mensaje de lo que Dios ha hecho a través de Cristo para salvar a pecadores. ¿Y porque el ser humano necesitaría de una buena noticia (el mensaje de Dios) sino antes existiera una mala noticia? (es decir, el justo castigo de Dios). No importa cuál haya sido su pasado, Dios le ofrece hoy el perdón de los pecados, la vida eterna y una nueva relación con Él en santidad a través de la fe en su hijo Jesucristo. Le invitamos a leer las siguientes lineas con un corazón sincero y abierto, permitiendo con toda humildad que Dios hable a su corazón a través de Su Palabra.
1. Dios es el Creador y Gobernante Soberano del Universo
En el principio, Dios creó los cielos y la tierra. Y como Creador, Él es el dueño y soberano universal de todo lo que existe. Dios tiene el derecho absoluto de gobernar el universo como le place y establecer sus mandamientos sobre todo lo creado.
Dios existe para su propia gloria. Nada es más importante para Dios que si mismo. Si no fuera así, Dios no fuera un Dios perfecto. El propósito supremo de la creación es la gloria de Dios. El ser humano no existe para sí mismo, sino para glorificar a Dios y disfrutar de Él en obediencia y sujeción para siempre. Todo lo que existe debe existir para la gloria de Dios. Si para Dios lo más importante en el universo es si mismo, con más razón, para los seres humanos, lo más importante debe ser dar gloria a Dios nuestro creador con toda nuestra mente, con todo nuestro corazón y con todas nuestras fuerzas.
Todo lo que existe en la Tierra y el Universo, tanto seres humanos como animales, pertenecen al inventario creacional de Dios. Los seres humanos ontológicamente (dentro de su propia naturaleza existencial temporal), no poseen absolutamente nada ya que no es creador ni tiene la capacidad siquiera de conservar lo que piensa que posee, incluido su propio cuerpo o llamadas pertenencias personales. El concepto de pertenencia absoluta pertenece exclusivamente a Dios. El ser humano es únicamente un administrador temporal de las dadivas otorgadas por Dios durante su vida temporal. Por ende, todos los seres humanos le deben obediencia y reverencia absoluta a Dios porque Dios es el Señor, amo y propietario de todo en el universo, incluidos los seres humanos del pasado, del presente, y del futuro. Fíjese lo que dice la Biblia:
- Primeramente, Dios nos revela en Su Palabra, en el libro de Genesis: "En el principio, Dios creó los cielos y la tierra." (Génesis 1:1)
- Por su parte, el Rey David, en su comprensión de Dios, escribe, "La tierra y todo lo que hay en ella le pertenecen al Señor; el mundo y todos sus habitantes le pertenecen a él." (Salmo 24:1)
Y el Apóstol Pablo, escribiendo a los creyentes de la iglesia de la ciudad de Roma, les dice: "Pues todas las cosas provienen de él, y existen por su poder y son para su gloria. ¡A él sea toda la gloria por siempre! Amén." (Romanos 11:36)
2. Dios Hizo un Pacto con Adán como Nuestro Representante
Dios no trata con la humanidad como individuos aislados, sino a través de pactos establecidos con hombres representantes escogidos por Él mismo. En el principio, Dios creó primero a Adán luego a Eva, y les dio Su pacto para que ellos lo obedecieran y enseñaran a sus futuras generaciones, es decir a los hijos e hijas que estos producirían, y así sucesivamente. Adán, como el primer hombre creado, debía enseñar el pacto a su esposa Eva, y ambos a su vez enseñar a sus hijos, y estos a las futuras generaciones a vivir en obediencia a Dios. En este tiempo en la historia, el pacto y la orden dada por Dios era simple y directa: gobernar sobre la creación, reproducirse (tener hijos), alimentarse de todo lo árbol provisto, con la excepción del árbol del conocimiento del bien y del mal en el medio del huerto.
Adán no solo fue el primer hombre, sino el representante de toda la humanidad y a quien Dios entrega Su pacto ya que él fue el representante de la raza humana. Dios no hace pactos individuales con cada ser humano por separado, sino a través de un representante escogido por Dios mismo. Si Adán obedecía, su descendencia disfrutaría la vida eterna y de todas las bendiciones de Dios; pero si fallaba, toda su descendencia sufriría las consecuencias.
- El Apóstol Pablo, escribiendo a los creyentes de la iglesia de la ciudad de Roma, les explica: "Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron." (Romanos 5:12)
3. Adán Desobedeció a Dios y Cayó con El Toda la Raza Humana
Adán, siendo nuestro representante, al desobedecer trajo el pecado y la muerte al mundo sobre todos nosotros. Su pecado enemistó a la raza humana con Dios y trajo condenación. Como nuestro representante, su fracaso nos afectó a todos: espiritualmente, cognitivamente, y fisicamente. Por ende:
- Todos nacemos con una naturaleza pecaminosa inclinada a la desobediencia a Dios y a la autosatisfacción en placeres personales. Todo acto que pone a Dios en segundo plano es por definición pecaminoso.
- La humanidad está separada de Dios y sujeta a condenación.
- Nadie puede salvarse por sus propios méritos. Una vez que el representante (Adán) peca y cae, no existe otro reemplazo humanamente posible.
El Apóstol Pablo, escribiendo a los creyentes de la iglesia de la ciudad de Roma, dice: "Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios". Romanos 3:23 ; y luego, "Pues la paga que deja el pecado es la muerte." (Romanos 6:23)
4. Dios es un Dios Amoroso, pero tambien es un Dios Santo y Justo (La Santidad de Dios)
Aunque Dios es un Dios amoroso, su amor no se puede definir comparándolo con el amor humano imperfecto. El amor de Dios es completo y perfecto y únicamente comprendido en su plenitud por Dios mismo. Dios es absolutamente santo y justo. Su justicia demanda que el pecado sea castigado, porque Él no puede ignorar la desobediencia ni el mal ni pasar por alto la rebelión de Su creación.
- El profeta Isaías escribe: "¡Santo, santo, santo es el Señor de los Ejércitos Celestiales! ¡Toda la tierra está llena de su gloria!" (Isaías 6:3)
- "La justicia y el derecho son los cimientos de tu trono. El amor inagotable y la verdad caminan delante de ti como heraldos (Salmo 89:14)
5. Jesucristo: El Segundo Adán, Nuestro Único Salvador (La Justificación por la Fe) y Nuestro Representante ante Dios
Así como el primer Adán trajo condenación, Dios envió a un segundo Adán, Jesucristo, para ser el nuevo representante de Su pueblo.
Cristo vivió una vida perfecta y sin pecado, cumpliendo de esta manera la ley que Adán quebrantó. Murió en la cruz en lugar de los pecadores, llevando sobre sí el castigo del pecado y resucitó, venciendo la muerte. En la obra y la persona de Jesucristo quedaron satisfechos todos los requerimientos de Dios, del justo y merecido castigo que se nos imputaba por haber insultado la dignidad y santidad de Dios nuestro Creador, con todos nuestros pecados cometidos. Adán al pecar perdió su santidad y por ende su capacidad y perfección, y en consecuencia su capacidad de presentarse ante Dios limpio y sin mancha representando a la humanidad fue perdida. Al rebelarse Adan, este fue destituido y perdió su capacidad de acercarse a Dios y de representar a la humanidad o a si quiera a si mismo. Luego de su pecado, Adán únicamente nos podia representar para muerte, condenación y destrucción eterna sin mediador alguno. Sin embargo, en Cristo hombre, aquellos que creen en Su nombre, seremos vivificados.
Cristo, como Hijo de Dios, Dios en la carne, es el único que puede satisfacer las demandas de Dios. Jesucristo, Dios hecho hombre, tiene la misma dignidad ontológica (de ser y naturaleza) de Dios (para poder mediar la paz y reconciliación con Dios), y la misma naturaleza humana (Hijo del Hombre) que nosotros (para poder representarnos como seres humanos ante Dios). Jesucristo, en sus dos naturalezas (divina y humana) cumple con todos los requisitos para reconciliarnos efectivamente con Dios)
- "Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo." (2 Corintios 5:21)
- En 1 Corintios 15:21-22 Pablo escribe: “Porque ya que la muerte entró por un hombre, también por un hombre vino la resurrección de los muertos. Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados”.
6. El Ser Humano No Puede Venir a Dios Por Sí Mismo (La Total Inhabilidad del Hombre)
El ser humano no renacido en Cristo es totalmente incapaz de venir a Dios a menos que Dios el Espíritu Santo haga esto posible. Aun cuando los creyentes piensan que han "tomado una decisión por Cristo", en realidad no se dan cuenta de que detrás de dicha "decisión" está el Espíritu Santo obrando en su corazón.
Es Dios quien toma la iniciativa en la salvación, no el hombre. Toda la gloria es para Dios.
- "Pues nadie puede venir a mí, a menos que el Padre que me envió lo traiga a mí." (Juan 6:44)
- "Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados." (Efesios 2:1)
- "Ustedes no me eligieron a mí. Yo los elegí a ustedes." (Juan 15:16)
7. La Llamada al Arrepentimiento y la Fe (El Absoluto Señorío de Cristo)
Dios ordena a todos los hombres que se arrepientan y crean en Cristo.
- "Si declaras abiertamente que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo levantó de los muertos, serás salvo." (Romanos 10:9)
8. La Seguridad en la Salvación y la Evidencia de una Fe Genuina
Dios sostiene a aquellos que han sido redimidos en Cristo. La salvación es una obra soberana de Dios, y aquellos que realmente han confiado en Cristo perseverarán en la fe, porque Dios los guarda.
Sin embargo, esta seguridad no es una licencia para pecar. El creyente genuino va a manifestar su salvación por medio de su deseo de vivir en santidad para Dios, pese a sus ocasionales pecados, ya que aún sigue viviendo en este cuerpo pecaminoso, llamado en la Biblia "el viejo hombre".
Lo que una persona no renacida antes amaba (el pecado), ahora le causa tristeza. En lugar de disfrutar del pecado como algo normal, el creyente genuino se sentirá miserable cuando peque, buscará arrepentirse y volver a Dios, y continuará su caminar en obediencia, a pesar de sus imperfecciones.
- "Entonces, ¿deberíamos seguir pecando porque no estamos bajo la ley sino bajo la gracia? ¡Por supuesto que no!" (Romanos 6:15)
- "Si afirmamos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y no vivimos en la verdad. Pero si confesamos nuestros pecados a Dios, él es fiel y justo para perdonarnos nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad." (1 Juan 1:8-9)
- "Oh Dios, crea en mí un corazón limpio y renueva un espíritu fiel dentro de mí." (Salmo 51:10)
9. ¿Cómo Responder?
- Reconoce que Dios es el Creador y que tiene el derecho de gobernar tu vida.
- Admite que has eres un pecador y que no tienens esperanzas por tu propia cuenta, y que necesitas un salvador en Cristo.
- Cree en Jesucristo como el único Salvador de tu vida.
- Arrepiéntete de tus pecados genuinamente y confía en Él.
- Vive para la gloria de Dios, sometiéndote a Su voluntad revelada en la Escritura.
10. Mi compromiso de vida con Cristo
Si de alguna manera usted tiene conciencia de su situación inescapablemente pecaminosa ante Dios y siente que necesita tomar el paso de arrepentirse, seguir a Jesucristo y comprometerse con Dios, siga el formulario debajo. Este formulario es simplemente una facilitación para que usted pueda darle cierta formalidad personal e individual a su compromiso. Le invitamos a congregarse en una iglesia local para los próximos pasos en su vida cristiana.
Su compromiso de vida con Cristo inicia hoy
Tomar la decisión de seguir a Cristo es el paso más importante de tu vida. No se trata solo de un momento emocional, sino de un verdadero compromiso con el Señor. Jesús nos llama a confiar en Él, a arrepentirnos de nuestros pecados y a vivir para Su gloria. Este formulario es una expresión de tu deseo de rendir tu vida a Cristo y dar el siguiente paso en tu caminar de fe, uniéndote a una iglesia donde puedas crecer espiritualmente, aprender más de Su Palabra y ser parte de la familia de Dios.
Le invitamos a llenar el siguiente formulario. El compromiso que usted va a hacer es únicamente entre usted y Dios por medio de su fe en Jesucristo nuestro Señor. Llene el formulario e imprima una copia para usted como testimonio de este momento.
Mientras el Señor le guía a una iglesia en su comunidad local, le invitamos a unirse a la Capilla de Oración todos los días jueves a las 9pm (hora local de Miami)
Mi compromiso de vida con mi Señor Jesucristo de ahora en adelante
Si hoy has entendido el evangelio y deseas seguir a Cristo, llena este formulario como un compromiso sincero de tu corazón. ¡Dios te ha llamado a una nueva vida en Él!
Este es un compromiso personal y de conciencia entre usted y Dios.